Será el sábado 5, domingo 6, sábado 12 y domingo 13 de este mes desde las 21 horas. Los cupos son limitados y las reservas se pueden realizar a través del celular 099 280 935.
El texto del argentino Santiago Loza aborda la historia de una mujer que asume que su vida signada por la orfandad -en todos los sentidos- debería tener el reconocimiento de Dios. Ella cree que la única forma de redimir la culpa que le engendra su desgracia es a través de un milagro: una manifestación de Dios, de la Virgen, de Jesús, del Espíritu Santo… de alguien, no importa quién. Confía en que ese milagro la hará sentirse única y le permitirá ser considerada santa. Una vana ilusión a la que aun sigue aferrada este ser que no encuentra la manera de salir de la oscuridad. Es que, literalmente, ella atraviesa la oscuridad en momentos de dolor, angustia y desesperación que atesora como señales del milagro que finalmente nunca llega. Mientras tanto, el dolor la llena de cicatrices por dentro y por fuera. Su estrategia, para sobrellevarlo, es dejar de sentir. Y en ese dejar de sentir también se priva del placer y de la felicidad. Una especie de autoflagelo: Por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa.
Dios no la oye. Sin embargo, el conflicto con Dios es sólo una metáfora. El conflicto de la mujer puerca es con nosotros, los humanos. Nosotros que juzgamos, discriminamos, vilipendiamos y arrojamos la primera piedra. Nosotros que tampoco oímos.
La actuación de Florencia Cúneo es soberbia. La ingenuidad de ese ser simple nos seduce desde el inicio, aniquila nuestros prejuicios (y vaya si los hay) con la verdad del relato y nos arranca risas cómplices a través de una composición extraordinaria. Finalmente, cuando logra fascinarnos completamente con su encanto, nos arroja en pleno rostro toda la culpa de su calamidad. Todas sus heridas, su sangre, su dolor se expanden con la sutileza de un volcán y nos llega a las entrañas. Por suerte, ya hemos bebido la sangre de Cristo y estamos por comer su cuerpo, pero no hay eucaristía, ni Dios, ni milagro que nos salve.
Un texto inteligente, una actriz de talento y un director con oficio. Una combinación perfecta.